miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los videojuegos antes y ahora.

He notado durante estos últimos meses, cómo ha cambiado mi concepción sobre los videojuegos en cuanto al papel que juegan en mi vida. Y de paso, darme cuenta de que también tiene relación con cómo ha cambiado mi forma de ser.

Desde que por primera vez, con 3-4 años cogí un ordenador hasta ahora, los videojuegos siempre han estado presentes en mi vida. Han sido y siguen siendo una fuente de diversión muy grata para mí, pero ahora los disfruto de otra manera.

Antes jugaba para evadirme de la social que me abrumaba; me sentía solo, y los videjuegos me llenaban con sus historias, su diversión, sus diferentes temas y versiones. Eran mi salida, mi escape, mi aislamiento, lo que me hacía feliz.

Hoy ya no me siento solo, y tengo mucha gente a mi alrededor, y es por eso que, los videojuegos se han convertido en algo más que diversión: una herramienta social para mí. Ahora disfruto mucho más jugando con los demás que jugando solo. Ya no sólo por el hecho de jugar con gente, sino porque también, mantengo contacto con ellos, compartimos experiencias con diferentes juegos, e incluso puedo llegar a conocer gente nueva.

Además, no sólo me llena el hecho de jugar, sino también el ver jugar a alguien, ya sea conocido o no, ya sea profesional o novato. Gracias a eso puedo mejorar mi manera de jugar, puedo probar diferentes estrategias, y en definitiva, me ayuda a aprender de los demás, al igual que aprendo de los demás en la vida.