miércoles, 23 de mayo de 2012

Mercancía



Debería hablar de la ropa de verano de El Corte Alemán, de las sandías del mercadillo, del último de modelo de Tableta, de un juego de mesa cualquiera, de la XCaja350… Porque todo ello es mercancía.


Debería hablar de la carga que llevan los barcos petroleros, de las armas que pasan de mano en mano víctimas de traficantes, de los diamantes codiciados por los poderosos, de los cuadros falsificados para su venta posterior... Porque todo ello es mercancía.


No debería hablar de las chicas menores de edad que conectan su twitcam y son bombardeadas y acosadas con el trolleo de pederastas desesperados, de las mujeres violadas que son usadas como vulgares trofeos de “masculinidad”, de los niños que sin mediar palabra son mandados a la esclavitud y la guerra, de los ciudadanos que viven en la miseria de un país cuya única riqueza la posee su dictador, de los ciudadanos de que viven en la injusticia de un país donde la justicia está controlada por la política de quienes les gobiernan, de la compraventa de personas por un puñado de pasta, de nosotros mismos… Porque no somos mercancía.



Pero para nuestra desgracia, para este sistema, lo somos…
No permitamos que se nos trate como tal; luchemos para que se nos trate como personas, para que convivamos como personas, para ser personas y dejar de ser considerados mercancía para este mundo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Circunstancias


Una melodía de trance sumerge la habitación; extraño ambiente para escribir a altas horas de la noche, sinceramente.

Pero, más difícil es el día a día en el que deseamos cumplir los sueños más profundos que nos llevarían a una anhelada felicidad; mas el mundo en el que vivimos, (porque aunque nos empeñemos en destruirlo seguimos viviendo en él) pone sus propias circunstancias, unas circunstancias que muchas veces no elegimos y que en ocasiones nos son adversas.

¿Preferiríamos conducir por una autopista desierta por la que pudiéramos llegar a toda velocidad a nuestra meta? Por supuesto; más de uno lo firmaríamos sin ningún ápice de duda. En cambio, en esta vida a unos nos ha tocado conducir por una carretera del centro, teniendo delante a un conductor de prácticas; una carretera llena de semáforos que nos detienen a su antojo, rotondas que nos ofrecen varios caminos a seguir, señales que nos informan, nos dirigen e incluso nos prohíben ir por un determinado camino.
Otros en cambio lo han tenido más fácil y se han ahorrado atascos viajando en aviones cuyos viajes, por suerte, no habían sido cancelados.
Aunque nadie ha dicho que sea imposible llegar a esa autopista; tampoco nadie ha dicho que no podamos viajar en ese avión.

Una melodía de trance sumerge la habitación; pero no me importa. Sigo adelante con mi escritura.

Sea cual sea la circunstancia, que nada os impida expresar lo que sentís. 

lunes, 14 de mayo de 2012

Analfabetismo funcional


Aquel día volvía a casa muy contento; acababa de aprender a sumar y a restar y las matemáticas me estaban empezando a gustar. Aquel primer año de curso en el colegio iba a ser una gran aventura; estaba dispuesto a aprender todo lo que pudiera, ya fueran los profesores buenos o malos.

Aquel día volvía a casa cansado; el peso de la mochila llena de libros y cuadernos era el menor de mis problemas en aquel 4 curso de la ESO; el de Mates nos había mandado unos 10 ejercicios y por si fuera poco, al día siguiente tenía un exámen de Biología de 4 temas, y la semana siguiente tenía otro de Lengua Y Literatura de otros tantos temas... pero sin problema; me pongo sin falta con Biología para luego olvidarla y centrarme en Lengua; lo de Mates, ya si hay tiempo los hago.

Aquel día volvía a casa, con suerte y de noche; había hecho un curso que me había costado 50 euros por 2 míseros créditos, y que me había ocupado toda la mañana; comí en la facultad y casi con la comida en la boca entré a clase, puesto que tenía turno de tarde. 4 horas de tostón, que no fueron más, porque no me dieron todas las optativas que pedí. Al acabar había quedado con mis compañeros de clase para "hacer" uno de los 5 trabajos que teníamos pendientes de diferentes asignaturas; "hacer", porque al final siempre curraban un par nada más de los 5. Y menos de un mes llegaban los exámenes anuales y aún no había empezado a estudiar. Estaba en 4º de carrera; apenas recuerdo la materia de asignaturas anteriores de 1º y 2º, para mi desgracia.

Aquel día volvía a casa desolado, tras la cola del paro.

sábado, 12 de mayo de 2012

El "progeso" de la tecnología





Esta mañana estaba ordenando archivos en mi portatil y pasandolos a un disco duro extraible; mi escritorio se había convertido en una leonera que había devorado prácticamente mi fondo de pantalla.
Entonces, escuché una llamada; era la Madre Naturaleza, para su particular cita de las mañanas; en esas, me disponía a marcharme raudo y veloz hacia su encuentro, cuando, para variar en esta vida, un obstáculo se interpuso en mi camino y casi me hace caer. pero mi disco duro extraible no corrió esa misma suerte. Había pillado con una de mis piernas uno de los cables y lo había hecho caer de la silla donde se encontraba. No le presté demasiada atención en aquel momento.
Tras tener una charla amena con la Naturaleza, volví para seguir con mi quehaceres. Devolví el disco duro a su silla y me dispuse a seguir pasando documentos...
Pero dejó de responder. El disco duro se encendía, pero mi portatil no lo reconocía. Probé con el ordenador grande y tampoco. Temblé. Documentos actuales y de la época de los dinosaurios temían por su vida. Espero la semana que viene encontrar arreglo para ello.


¿Qué os quiero decir con esto? La historia no tiene nada del otro mundo, seamos sinceros. Pero tiene un mensaje en su interior; una palabra que no ha sido mencionada, pero que está implicitamente presente: consumismo.

En esta sociedad tan avanzada y con tanta tecnología en la que nos ha tocado vivir se nos está invitando cada vez más (incluso en estos tiempo de crisis) a consumir. Porque el progreso es abrumador: las últimas versiones de WhiteBerry, Mandroid, Haypod, con los que dentro de nada podremos hasta teletransportarnos, consolas y ordenadores de última generación que soportan videojuegos con gráficos que casi superan lo humano, discos duros con capacidad suficiente para meter a toda la familia, conexiones a internet que dejan atrás a la velocidad de la luz, por poner ejemplos al azar.

Hace unos años, la gente iba orgullosa con su Ventana 98 y algunos todavía funcionaban a la perfección con MSDOS; llevaban móviles que había que llevar con montacargas y llevabas en tus manos, con todo orgullo un discman con el que escuchabas toda música que te hacía falta para un rato.

La antigua tecnología, con diferencia, resistía más el paso de los años que la que tenemos actualmente; pagamos el progreso por una menor calidad, una menor calidad que nos induce a seguir comprando y comprando.

Y el consumismo es lo que está acabando con el mundo.

viernes, 11 de mayo de 2012

La casualidad de una decisión.




Clic.

Era primavera; los árboles se disponían a  recuperar lo que en un tiempo les fue robado, las flores salían de juerga mostrando sus mejores galas para que las abejas las poseyeran en un frenesí de pasión. Para las nubes tocaba ducha; la blancura de su seda se había tornado en el gris del asfalto sobre el que iban a derramar el agua de su limpieza.

Clic clic.

Aquella noche, en cambio, era como las demás: a mano izquierda, la pequeña luz del flexo de la mesita de noche alumbraba la habitación; a mano derecha, la ropa del día ya pasado yacía inmóvil, cansada de tanto tumbo, recibiendo su merecido descanso sobre una silla. A mano trasera, un par de cojines soportaban el peso de la espalda, un peso grande por una invisible paga; sin queja alguna. Y a mano delantera, la imagen del fondo de escritorio de un portatil posado sobre mis piernas.

Clic.

Sentado en la cama, el aburrimiento me desbordaba; mas aquel último clic iba a cambiar la noche por completo.
Una mujer se apoderó de la pantalla.

***

Hoy aquella mujer es una buena amiga a la que aprecio mucho, y a la que en gran parte le debo estar escribiendo ahora mismo estas palabras en este blog, y a la que me gustaría dar las gracias, por animarme a volver al mundillo. Aquí tenéis su blog http://timingroom.blogspot.com.es/ También podéis seguirla por Twitter, @Atolendrada. Creedme, vale la pena.

Como mensaje final, querría que la historia de arriba sirviera como ejemplo de cómo las decisiones que tomemos, por pequeñas que sean, van a ser las que conduzcan nuestra vida hacia un camino u otro. Así que, considerad importante lo que decidáis en vuestra vida.
Y sin más, este loco se despide, hasta que la locura lo devuelva a este lugar, a donde le pertenece, al silencio; para ser el grito del mundo.

Siempre un nuevo intento, pero nunca el último.



Hace unos años me introduje en el mundillo de los bloggers sin mucho éxito que digamos.

He vuelto.

Supongo que no espero obtener el mismo resultado que en el pasado, si no, no habría vuelto a las andadas; pero el futuro es una incógnita que nadie sabrá hasta que ocurra, como es obvio.

Pero llevo mucho tiempo callando, y creo que es hora de que hable, de demostrar mi opinión sobre lo que me rodea; es un “derecho”, al fin y al cabo, ¿no? ¿O es como gran parte de las cosas que ha creado esta sociedad “moderna en avances”, una completa farsa envuelta en papel de regalo y decorada con un lacito?

En cualquier caso, el día que me sienta dispuesto, dejaré mis impresiones aquí sobre lo que mi cabeza  “piensa”; que las lea o no alguien es el menor de mis problemas; no busco lectores, no busco seguidores. Busco ser libre y expresar lo que siento; ser entre el silencio, el grito del mundo.