No temas lo desconocido

En la barra de aquel bar, donde pasábamos las tardes, como hermanos, codo con codo.

En aquella noche de botellón, donde pasamos inadvertidos el uno del  otro, para pasar a ser inseparables.

Durante una clase cualquiera.

En la calle, tras un encuentro fortuito sin mayor importancia.

En el autobús  con dirección a ninguna parte.

En el mismo autobús dirección a casa.

Mientras tomábamos el sol en la playa.

Gracias al amigo de la amiga del hermano de la novia de su primo.


Muchas son las circunstancias en las que conocemos a personas por primera vez; personas desconocidas que en un futuro, quién sabe si cercano o lejano, podrían marcar nuestras vidas.


"No temas lo desconocido, pues tus personas más queridas fueron desconocidas antes de que las conocieras."

Felicidad en la madrugada del fin del mundo

Tras una genial noche con mis niñas de la clase, fluyen las palabras en mi habitación; son las 4 de la madrugada, tengo un sueño enorme, pero una sonrisa en la boca; una sonrisa como hacía tiempo no se dibujaba en mi cara.

Porque he descubierto que no tengo razones por las que pasarlo mal, gracias a la gente que me rodea; gente que hasta hace unos meses no conocía, pero que han sido capaces de dar sentido a ciertos ámbitos de mi vida en poco tiempo.

Porque me he dado cuenta de lo que tengo; y de que no puedo pedir más; y de que no necesito más.

Porque tengo a gente a mi lado que ha estado dispuesta a romper el silencio en el que vivía; gente que a pesar de la distancia me recuerda día a día; gente que a pesar de no haberme conocido en persona, me quieren por como soy; gente que me acompaña desde hace poco, como si me conocieran de toda la vida; gente que en poco tiempo se ha convertido en lo más importante de mi vida; gente que a pesar del tiempo, me aprecian como el primer día.

Gente que me apoya, que no me abandona, que se preocupa por mí, que me cuida, que me quiere.

Hoy, 21 de diciembre, el día en el que se habla más del fin del mundo que de otra cosa, mi lema de vida "Vive el Silencio", se rompe para deciros, GRACIAS POR EXISTIR. Porque mi vida la llenáis de felicidad todos vosotros.

GRACIAS.

Barreras del pasado

Ha vivido durante todo este tiempo bajo el manto de la soledad, sin nadie que la apoyara, sin una familia que le quisiera, sin unos amigos a los que le cayera bien; ha vivido durante tanto tiempo bajo esa situación, que ha llegado a la conclusión de que está sola, de que nadie la apoyará, de que nadie la va a querer, de que nadie se va a querer con ella.

Pero el ser humano es tan diverso como las estrellas del cielo: no todos se rigen bajo los mismo patrones y circunstancias.

Porque si alguien se acerca a ti, y te quita el manto de la soledad, te apoya, te quiere y le caes bien, todo lo que viviste en el pasado se disipa, porque habrás descubierto que no todo es negro, que no todo es oscuro, que no todo es sufrimiento en tu vida.

Que existe gente a tu lado que te valora por cómo eres; que no te ve como una molestia, sino como una bendición; que te ven con agrado, que quieren tenerte cerca.

Que quieren hacer desaparecer esas barreras del pasado que te aprisionan y no te dejan vivir cómo realmente mereces vivir...

"Con dignidad, con alegría, con felicidad."

Gracias a ella

Si realmente quieres sentirte querida por la gente que te rodea, empieza por dejar de echarte mierda encima; porque si te echas mierda encima, ¿qué crees que va a ver a la gente en ti? Pues mierda, evidentemente.

Pero si te quieres, conociendo tus defectos y tus virtudes y aprendiendo a convivir contigo misma, acabarás consiguiendo que las personas que te rodean te quieran por cómo eres.

No rechaces ayuda de quien te importa; porque cuando vayas a pedírsela en otro momento, quizá no estén dispuestos a ayudarte.

Eres una de las personas que más me importa en este momento; siempre has conseguido sacarme una sonrisa, no me pones pegas cuando te propongo un abrazo, me has aceptado tal y como soy, con mis tonterías, con mis "te cojo la nariz y te hago cosquillas"...

Y por encima de todo, has aceptado que esté día tras día intentando sacarte una sonrisa.

Porque, tú me dirás miles de veces que no vales nada, que no mereces la pena, que tu vida no vale nada, que no eres linda...

Pero hay una sola palabra me une a ti para siempre; una sola palabra que me hace ver lo maravillosa que eres en realidad: AMISTAD.

Porque gracias a ella, he podido vivir momentos muy bonitos contigo, llenos de risas, diversión y momentos de tranqui que saben a gloria.

Porque gracias a ella, me has abierto tu corazón, contándome tus cosas, confiando en mí en todo momento.

Porque gracias a ella, si necesitas llorar, estaré para consolarte.

Porque gracias a ella si necesitas desahogarte, estaré para acoger tus palabras.

Porque gracias a ella, si necesitas un abrazo, te daré los que sean necesarios para hacerte sentir mejor.

Porque gracias a ella si necesitas ayuda, estaré para hacer lo posible por ti.

Porque hay una sola palabra que me une a ti para siempre; recuérdalo: AMISTAD.

"Porque gracias a ella, te quiero."

Ley de vida

Es ley de vida; cuando un ser querido por ti, sufre, lo está pasando mal, y no sabe que hacer, lo primero que se te pasa por la cabeza es ayudarlo, consolarlo y estar a su lado. Cualquier persona con la suficiente humanidad lo haría.

Y en ello me encuentro cada noche; no es una rutina. Es un compromiso, con la gente que me rodea, con el mundo; también con ella.

Porque veo en ella la experiencia que cuenta la sangre que corre por mis venas; una experiencia dura, pesada, dolorosa; ¿quién puede impedirme que la ayude? ¿Quién va a ordenarme que me detenga? Mi corazón decide, y me cabeza actúa. Es mi amiga, no la puedo dejar atrás.

Por mucho que ella me diga que no me moleste, que no me preocupe por ella, que no vale la pena, que ella no vale la pena… Mi corazón decide y mi cabeza actúa. Y mi corazón dice que le dé ánimos, que le haga sonreír, que le haga más ligera la carga que tiene sobre sí misma... ¿no es lo que hacen los amigos que se quieren? ¿No forma todo ello parte de una amistad?

Si tenéis a gente a la que verdaderamente consideráis amigos, entregaros por ellos, luchad codo con codo, tened por bandera la sinceridad, y nunca los dejéis de lado.

“Porque la amistad es una de las cosas más bonitas que os vais a poder encontrar en la vida.”

De vuelta a la "sociedad"

Llevaba mucho tiempo sin escribir en el blog; perdonad la tardanza; los exámenes de la facultad absorben literalmente el tiempo de uno; aunque bien es cierto que unos salen bien parados de ellos, y otros todo lo contrario. Si os puede la curiosidad, yo soy de los últimos, de los que se esfuerzan y luego no encuentran recompensa. 3/9. Habrá años mejores; aunque ya me quedan pocos. El año que viene ya paso a 4º de carrera. Se va haciendo uno viejo.

Así que tras la absorción de los exámenes vuelvo a la sociedad.  Una sociedad con la que me siento cada vez menos  identificado. Cuidado; he dicho sociedad, no he dicho la gente que la forma.

Hay un frase que casi siempre se repite en mi mente cada vez que hablo del tema de la sociedad: “Cómo será la sociedad en la que vivimos, que hasta para predicar el amor por el mundo en nombre de Dios hay que estudiar una carrera.”

Vivimos en la sociedad de la competición, donde las personas compiten por tener un puesto de trabajo teniendo un mejor curriculum que otro, donde se compite por tener los mejores sueldos, por tener el mayor prestigio, por la fama, por tener más reconocimiento que otro... En todos los casos competir.

Y si es necesario fastidiar a otro para conseguir lo que quieres, mejor.

Estamos dejando cada vez más de convivir, de cooperar los unos con los otros. Cada vez es más importante asegurar MI futuro, y sobrevivir sólo YO.

Esto es en lo que se está convirtiendo nuestra sociedad: en la sociedad del individualismo y el desprestigio de los demás para el prestigio propio.

Gracias por pasar; espero escribir más a menudo a partir de ahora.

Un saludo a todos!

Amistad

Habían pasado apenas unas horas desde que nos vimos; pero cuando tienes un camarada como él merecía seguir siendo escuchado aunque fuera en la distancia. Nuestras vivencias en Psicología son inmensamente variadas, como para hacer un libro; es sencillamente genial.



Desde la semana pasada no había vuelto a saber más de él; aunque supongo que es normal; nos reunimos todos los viernes para ensayar en la compañía de teatro que tenemos en Otura; compañeros de trabajo, pero sobre todo, amigos.



Meses… parecía mentira que lleváramos meses sin haber cruzado nuestras miradas; pero eso no había impedido que la siguiera viendo de vez en cuando, aunque sólo fuera por asuntos de la facultad. Una agenda ocupada no hace olvidar a una buena amiga. Aún hoy seguimos manteniendo contacto por Twitter.



Era un verdadero gusto hablar con ella; cada vez que establecíamos contacto, no podía evitar sonreír. Nos habíamos conocido en unas semanas de colonias, y hasta día de hoy seguíamos como el primer día; han pasado 5 años desde la última vez que nos vimos cara a cara; vive lejos, así que es bastante difícil que nos veamos, pero seguimos hablando.



                                                                      ***


Para mí. no importa la distancia, tampoco el tiempo: Cuando una persona realmente quiere a un amigo, nunca lo olvida, y hace lo posible por, más tarde o más temprano, no perder su contacto. Los verdaderos amigos siempre se conservan, pase lo que pase.

Mercancía

Debería hablar de la ropa de verano de El Corte Alemán, de las sandías del mercadillo, del último de modelo de Tableta, de un juego de mesa cualquiera, de la XCaja350… Porque todo ello es mercancía.


Debería hablar de la carga que llevan los barcos petroleros, de las armas que pasan de mano en mano víctimas de traficantes, de los diamantes codiciados por los poderosos, de los cuadros falsificados para su venta posterior... Porque todo ello es mercancía.


No debería hablar de las chicas menores de edad que conectan su twitcam y son bombardeadas y acosadas con el trolleo de pederastas desesperados, de las mujeres violadas que son usadas como vulgares trofeos de “masculinidad”, de los niños que sin mediar palabra son mandados a la esclavitud y la guerra, de los ciudadanos que viven en la miseria de un país cuya única riqueza la posee su dictador, de los ciudadanos de que viven en la injusticia de un país donde la justicia está controlada por la política de quienes les gobiernan, de la compraventa de personas por un puñado de pasta, de nosotros mismos… Porque no somos mercancía.



Pero para nuestra desgracia, para este sistema, lo somos…
No permitamos que se nos trate como tal; luchemos para que se nos trate como personas, para que convivamos como personas, para ser personas y dejar de ser considerados mercancía para este mundo.

Circunstancias

Una melodía de trance sumerge la habitación; extraño ambiente para escribir a altas horas de la noche, sinceramente.

Pero, más difícil es el día a día en el que deseamos cumplir los sueños más profundos que nos llevarían a una anhelada felicidad; mas el mundo en el que vivimos, (porque aunque nos empeñemos en destruirlo seguimos viviendo en él) pone sus propias circunstancias, unas circunstancias que muchas veces no elegimos y que en ocasiones nos son adversas.

¿Preferiríamos conducir por una autopista desierta por la que pudiéramos llegar a toda velocidad a nuestra meta? Por supuesto; más de uno lo firmaríamos sin ningún ápice de duda. En cambio, en esta vida a unos nos ha tocado conducir por una carretera del centro, teniendo delante a un conductor de prácticas; una carretera llena de semáforos que nos detienen a su antojo, rotondas que nos ofrecen varios caminos a seguir, señales que nos informan, nos dirigen e incluso nos prohíben ir por un determinado camino.

Otros en cambio lo han tenido más fácil y se han ahorrado atascos viajando en aviones cuyos viajes, por suerte, no habían sido cancelados.

Aunque nadie ha dicho que sea imposible llegar a esa autopista; tampoco nadie ha dicho que no podamos viajar en ese avión.

Una melodía de trance sumerge la habitación; pero no me importa. Sigo adelante con mi escritura.

Sea cual sea la circunstancia, que nada os impida expresar lo que sentís. 

Analfabetismo funcional

Aquel día volvía a casa muy contento; acababa de aprender a sumar y a restar y las matemáticas me estaban empezando a gustar. Aquel primer año de curso en el colegio iba a ser una gran aventura; estaba dispuesto a aprender todo lo que pudiera, ya fueran los profesores buenos o malos.

Aquel día volvía a casa cansado; el peso de la mochila llena de libros y cuadernos era el menor de mis problemas en aquel 4 curso de la ESO; el de Mates nos había mandado unos 10 ejercicios y por si fuera poco, al día siguiente tenía un exámen de Biología de 4 temas, y la semana siguiente tenía otro de Lengua Y Literatura de otros tantos temas... pero sin problema; me pongo sin falta con Biología para luego olvidarla y centrarme en Lengua; lo de Mates, ya si hay tiempo los hago.

Aquel día volvía a casa, con suerte y de noche; había hecho un curso que me había costado 50 euros por 2 míseros créditos, y que me había ocupado toda la mañana; comí en la facultad y casi con la comida en la boca entré a clase, puesto que tenía turno de tarde. 4 horas de tostón, que no fueron más, porque no me dieron todas las optativas que pedí. Al acabar había quedado con mis compañeros de clase para "hacer" uno de los 5 trabajos que teníamos pendientes de diferentes asignaturas; "hacer", porque al final siempre curraban un par nada más de los 5. Y menos de un mes llegaban los exámenes anuales y aún no había empezado a estudiar. Estaba en 4º de carrera; apenas recuerdo la materia de asignaturas anteriores de 1º y 2º, para mi desgracia.

Aquel día volvía a casa desolado, tras la cola del paro.

El "progeso" de la tecnología

Esta mañana estaba ordenando archivos en mi portatil y pasandolos a un disco duro extraible; mi escritorio se había convertido en una leonera que había devorado prácticamente mi fondo de pantalla.
Entonces, escuché una llamada; era la Madre Naturaleza, para su particular cita de las mañanas; en esas, me disponía a marcharme raudo y veloz hacia su encuentro, cuando, para variar en esta vida, un obstáculo se interpuso en mi camino y casi me hace caer. pero mi disco duro extraible no corrió esa misma suerte. Había pillado con una de mis piernas uno de los cables y lo había hecho caer de la silla donde se encontraba. No le presté demasiada atención en aquel momento.
Tras tener una charla amena con la Naturaleza, volví para seguir con mi quehaceres. Devolví el disco duro a su silla y me dispuse a seguir pasando documentos...
Pero dejó de responder. El disco duro se encendía, pero mi portatil no lo reconocía. Probé con el ordenador grande y tampoco. Temblé. Documentos actuales y de la época de los dinosaurios temían por su vida. Espero la semana que viene encontrar arreglo para ello.


¿Qué os quiero decir con esto? La historia no tiene nada del otro mundo, seamos sinceros. Pero tiene un mensaje en su interior; una palabra que no ha sido mencionada, pero que está implicitamente presente: consumismo.

En esta sociedad tan avanzada y con tanta tecnología en la que nos ha tocado vivir se nos está invitando cada vez más (incluso en estos tiempo de crisis) a consumir. Porque el progreso es abrumador: las últimas versiones de WhiteBerry, Mandroid, Haypod, con los que dentro de nada podremos hasta teletransportarnos, consolas y ordenadores de última generación que soportan videojuegos con gráficos que casi superan lo humano, discos duros con capacidad suficiente para meter a toda la familia, conexiones a internet que dejan atrás a la velocidad de la luz, por poner ejemplos al azar.

Hace unos años, la gente iba orgullosa con su Ventana 98 y algunos todavía funcionaban a la perfección con MSDOS; llevaban móviles que había que llevar con montacargas y llevabas en tus manos, con todo orgullo un discman con el que escuchabas toda música que te hacía falta para un rato.

La antigua tecnología, con diferencia, resistía más el paso de los años que la que tenemos actualmente; pagamos el progreso por una menor calidad, una menor calidad que nos induce a seguir comprando y comprando.

Y el consumismo es lo que está acabando con el mundo.

La casualidad de una decisión.

Clic.

Era primavera; los árboles se disponían a  recuperar lo que en un tiempo les fue robado, las flores salían de juerga mostrando sus mejores galas para que las abejas las poseyeran en un frenesí de pasión. Para las nubes tocaba ducha; la blancura de su seda se había tornado en el gris del asfalto sobre el que iban a derramar el agua de su limpieza.

Clic clic.

Aquella noche, en cambio, era como las demás: a mano izquierda, la pequeña luz del flexo de la mesita de noche alumbraba la habitación; a mano derecha, la ropa del día ya pasado yacía inmóvil, cansada de tanto tumbo, recibiendo su merecido descanso sobre una silla. A mano trasera, un par de cojines soportaban el peso de la espalda, un peso grande por una invisible paga; sin queja alguna. Y a mano delantera, la imagen del fondo de escritorio de un portatil posado sobre mis piernas.

Clic.

Sentado en la cama, el aburrimiento me desbordaba; mas aquel último clic iba a cambiar la noche por completo.
Una mujer se apoderó de la pantalla.

***

Hoy aquella mujer es una buena amiga a la que aprecio mucho, y a la que en gran parte le debo estar escribiendo ahora mismo estas palabras en este blog, y a la que me gustaría dar las gracias, por animarme a volver al mundillo. Aquí tenéis su blog http://timingroom.blogspot.com.es/ También podéis seguirla por Twitter, @Atolendrada. Creedme, vale la pena.

Como mensaje final, querría que la historia de arriba sirviera como ejemplo de cómo las decisiones que tomemos, por pequeñas que sean, van a ser las que conduzcan nuestra vida hacia un camino u otro. Así que, considerad importante lo que decidáis en vuestra vida.
Y sin más, este loco se despide, hasta que la locura lo devuelva a este lugar, a donde le pertenece, al silencio; para ser el grito del mundo.

Siempre un nuevo intento, pero nunca el último.

Hace unos años me introduje en el mundillo de los bloggers sin mucho éxito que digamos.

He vuelto.

Supongo que no espero obtener el mismo resultado que en el pasado, si no, no habría vuelto a las andadas; pero el futuro es una incógnita que nadie sabrá hasta que ocurra, como es obvio.

Pero llevo mucho tiempo callando, y creo que es hora de que hable, de demostrar mi opinión sobre lo que me rodea; es un “derecho”, al fin y al cabo, ¿no? ¿O es como gran parte de las cosas que ha creado esta sociedad “moderna en avances”, una completa farsa envuelta en papel de regalo y decorada con un lacito?

En cualquier caso, el día que me sienta dispuesto, dejaré mis impresiones aquí sobre lo que mi cabeza  “piensa”; que las lea o no alguien es el menor de mis problemas; no busco lectores, no busco seguidores. Busco ser libre y expresar lo que siento; ser entre el silencio, el grito del mundo.