Tras una genial noche con mis niñas de la clase, fluyen las
palabras en mi habitación; son las 4 de la madrugada, tengo un sueño enorme, pero una sonrisa en la boca;
una sonrisa como hacía tiempo no se dibujaba en mi cara.
Porque he descubierto que no tengo razones por las que
pasarlo mal, gracias a la gente que me rodea; gente que hasta hace unos meses
no conocía, pero que han sido capaces de dar sentido a ciertos ámbitos de mi
vida en poco tiempo.
Porque me he dado cuenta de lo que tengo; y de que no puedo
pedir más; y de que no necesito más.
Porque tengo a gente a mi lado que ha estado dispuesta a
romper el silencio en el que vivía; gente que a pesar de la distancia me
recuerda día a día; gente que a pesar de no haberme conocido en persona, me
quieren por como soy; gente que me acompaña desde hace poco, como si me
conocieran de toda la vida; gente que en poco tiempo se ha convertido en lo más
importante de mi vida; gente que a pesar del tiempo, me aprecian como el primer
día.
Gente que me apoya, que no me abandona, que se preocupa por
mí, que me cuida, que me quiere.
Hoy, 21 de diciembre, el día en el que se habla más del fin del mundo que de otra cosa, mi lema de vida "Vive el Silencio", se rompe para deciros, GRACIAS POR EXISTIR. Porque mi vida la
llenáis de felicidad todos vosotros.
GRACIAS.
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