viernes, 13 de diciembre de 2013

Obsesión con la PERFECCIÓN

Un jefe, por el sólo hecho de serlo, ¿tiene derecho a gritar a sus empleados, con o sin motivo, día tras día? ¿Tiene derecho a decirles que dan asco? ¿Tienen derecho a tratarlos como unos idiotas? ¿Tienen derecho a tratarlos como si tuvieran que ser seres perfectos que no pueden cometer errores, cuando son humanos como todos los demás?

Sustituye ahora las palabras "jefe" y "empleados" por "padre/madre" e "hijos".  ¿Cambia? ¿Dan las mismas situaciones igual de asco? ¿O por el contrario, te parecen normales?

Contextualicemos.

"Vivimos en la sociedad PERFECTA: una sociedad que te invita a ser PERFECTO, con un cuerpo y unas piernas PERFECTAS, una cara PERFECTAMENTE juvenil y sin arrugas; una inteligencia PERFECTA que te hizo sacar todas tus asignaturas PERFECTAMENTE y ahora te hace llevar tu trabajo de manera PERFECTA. Si no eres PERFECTO, no nos sirves; estás lleno de errores que podrían echar a perder nuestro futuro; por eso te grito, para que te alejes y no nos contamines con equivocaciones; por eso das asco, porque nunca llegarás a ser como uno de nosotros; por eso eres idiota, porque tropiezas cuando nosotros superamos con facilidad todos los obstáculos; por eso tienes que ser PERFECTO, porque si no, no tendrás cabida en nuestro mundo."

Y ahora, ¿qué opinión tienes de las situaciones al principio mencionadas? Reflexiona.



"Un profesor de la universidad nos planteó un debate sobre si las personas éramos o no, máquinas; da que pensar, ¿verdad?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario