miércoles, 23 de mayo de 2012

Mercancía



Debería hablar de la ropa de verano de El Corte Alemán, de las sandías del mercadillo, del último de modelo de Tableta, de un juego de mesa cualquiera, de la XCaja350… Porque todo ello es mercancía.


Debería hablar de la carga que llevan los barcos petroleros, de las armas que pasan de mano en mano víctimas de traficantes, de los diamantes codiciados por los poderosos, de los cuadros falsificados para su venta posterior... Porque todo ello es mercancía.


No debería hablar de las chicas menores de edad que conectan su twitcam y son bombardeadas y acosadas con el trolleo de pederastas desesperados, de las mujeres violadas que son usadas como vulgares trofeos de “masculinidad”, de los niños que sin mediar palabra son mandados a la esclavitud y la guerra, de los ciudadanos que viven en la miseria de un país cuya única riqueza la posee su dictador, de los ciudadanos de que viven en la injusticia de un país donde la justicia está controlada por la política de quienes les gobiernan, de la compraventa de personas por un puñado de pasta, de nosotros mismos… Porque no somos mercancía.



Pero para nuestra desgracia, para este sistema, lo somos…
No permitamos que se nos trate como tal; luchemos para que se nos trate como personas, para que convivamos como personas, para ser personas y dejar de ser considerados mercancía para este mundo.

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