Una melodía de trance sumerge la habitación; extraño ambiente para
escribir a altas horas de la noche, sinceramente.
Pero, más difícil es el día a día en el que deseamos cumplir los sueños
más profundos que nos llevarían a una anhelada felicidad; mas el mundo en el
que vivimos, (porque aunque nos empeñemos en destruirlo seguimos viviendo en él)
pone sus propias circunstancias, unas circunstancias que muchas veces no
elegimos y que en ocasiones nos son adversas.
¿Preferiríamos conducir por una autopista desierta por la que pudiéramos
llegar a toda velocidad a nuestra meta? Por supuesto; más de uno lo firmaríamos
sin ningún ápice de duda. En cambio, en esta vida a unos nos ha tocado conducir
por una carretera del centro, teniendo delante a un conductor de prácticas; una
carretera llena de semáforos que nos detienen a su antojo, rotondas que nos
ofrecen varios caminos a seguir, señales que nos informan, nos dirigen e
incluso nos prohíben ir por un determinado camino.
Otros en cambio lo han tenido más fácil y se han ahorrado atascos
viajando en aviones cuyos viajes, por suerte, no habían sido cancelados.
Aunque nadie ha dicho que sea imposible llegar a esa autopista; tampoco
nadie ha dicho que no podamos viajar en ese avión.
Una melodía de trance sumerge la habitación; pero no me importa. Sigo
adelante con mi escritura.
Sea cual sea la circunstancia, que nada os impida expresar lo que
sentís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario