sábado, 12 de mayo de 2012

El "progeso" de la tecnología





Esta mañana estaba ordenando archivos en mi portatil y pasandolos a un disco duro extraible; mi escritorio se había convertido en una leonera que había devorado prácticamente mi fondo de pantalla.
Entonces, escuché una llamada; era la Madre Naturaleza, para su particular cita de las mañanas; en esas, me disponía a marcharme raudo y veloz hacia su encuentro, cuando, para variar en esta vida, un obstáculo se interpuso en mi camino y casi me hace caer. pero mi disco duro extraible no corrió esa misma suerte. Había pillado con una de mis piernas uno de los cables y lo había hecho caer de la silla donde se encontraba. No le presté demasiada atención en aquel momento.
Tras tener una charla amena con la Naturaleza, volví para seguir con mi quehaceres. Devolví el disco duro a su silla y me dispuse a seguir pasando documentos...
Pero dejó de responder. El disco duro se encendía, pero mi portatil no lo reconocía. Probé con el ordenador grande y tampoco. Temblé. Documentos actuales y de la época de los dinosaurios temían por su vida. Espero la semana que viene encontrar arreglo para ello.


¿Qué os quiero decir con esto? La historia no tiene nada del otro mundo, seamos sinceros. Pero tiene un mensaje en su interior; una palabra que no ha sido mencionada, pero que está implicitamente presente: consumismo.

En esta sociedad tan avanzada y con tanta tecnología en la que nos ha tocado vivir se nos está invitando cada vez más (incluso en estos tiempo de crisis) a consumir. Porque el progreso es abrumador: las últimas versiones de WhiteBerry, Mandroid, Haypod, con los que dentro de nada podremos hasta teletransportarnos, consolas y ordenadores de última generación que soportan videojuegos con gráficos que casi superan lo humano, discos duros con capacidad suficiente para meter a toda la familia, conexiones a internet que dejan atrás a la velocidad de la luz, por poner ejemplos al azar.

Hace unos años, la gente iba orgullosa con su Ventana 98 y algunos todavía funcionaban a la perfección con MSDOS; llevaban móviles que había que llevar con montacargas y llevabas en tus manos, con todo orgullo un discman con el que escuchabas toda música que te hacía falta para un rato.

La antigua tecnología, con diferencia, resistía más el paso de los años que la que tenemos actualmente; pagamos el progreso por una menor calidad, una menor calidad que nos induce a seguir comprando y comprando.

Y el consumismo es lo que está acabando con el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario